Fístulas anales en perros: causas, síntomas y tratamientos

Centrarse en las fístulas perianales en perros y su tratamiento, que implica inmunosupresores como la ciclosporina o cirugía.

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¿Qué es una fístula anal?

El término fístula se refiere a la formación de un "camino" anormal entre dos órganos o entre un órgano interno y la piel.

En el caso de una fístula perianal, se crea una comunicación anormal entre el canal anal y la piel del perro. Por lo tanto, se forman lesiones fistulosas en los márgenes del ano del perro.

Fístulas perianales: ¿a qué se deben?

Se puede formar una fístula perianal secundaria a la presencia de un absceso de los sacos anales o un absceso tumoral en la región perianal del perro.

Pero también puede formarse en ausencia de un absceso debido a una disfunción del sistema inmunológico del perro, una alergia alimentaria y/o una predisposición racial. Así, las razas caninas más afectadas por la formación de fístulas perianales son el pastor alemán (en el 80% de los casos) y el setter irlandés.

Fístulas anales en perros: síntomas

Las fístulas perianales son pequeños agujeros que se forman alrededor del ano del perro. Estas lesiones están recubiertas de un exudado muco-purulento (rezuman), que suele oler muy mal y en ocasiones contiene sangre.

Como estas fístulas son muy dolorosas para el perro, suelen ir acompañadas de:

  • morder y lamer la región perianal del perro,
  • tenesmo (tensión dolorosa en el ano) y dificultad durante la defecación,
  • la señal del trineo (el perro frota sus cuartos traseros dejándolos en el suelo mientras avanza con la ayuda de sus patas delanteras),
  • de anorexia,
  • depresión.

Su existencia también puede ir acompañada de diarrea o estreñimiento así como la presencia de sangre roja en las heces (hematoquecia).

El riesgo, en caso de fístulas perianales en perros, es que se sobreinfecten. Las lesiones también pueden extenderse a la base de la cola e inducir la necrosis de los tejidos circundantes.

Diagnóstico y tratamiento de las fístulas perianales en perros

El diagnóstico de fístula perianal generalmente lo establece el veterinario durante una auscultación del perro. En algunos casos, el veterinario puede necesitar realizar un examen del perro bajo anestesia para evaluar la profundidad de las fístulas.

El tratamiento es generalmente médico, inicialmente, luego quirúrgico si el tratamiento médico no es suficientemente efectivo.

Tratamiento médico de la fístula perianal en perros

En el caso de fístulas perianales no causadas por un absceso, el tratamiento médico se basa en:

  • el uso de fármacos inmunosupresores orales y locales. Generalmente puede ser ciclosporina A asociada a ketoconazol o corticoides a dosis inmunosupresoras en el primer caso y pomada de tracrolimus en el segundo,
  • una siega de la región perianal y el uso de cuidados antisépticos locales como ungüentos antibióticos,
  • terapia antibiótica sistémica, en caso de sobreinfección bacteriana asociada a fístulas.

Paralelamente a este tratamiento médico, también se recomienda cambiar la dieta del perro a una dieta hipoalergénica y/o hiperdigerible o incluso ligeramente laxante para favorecer la eliminación de las heces.

Generalmente son necesarias varias semanas de tratamiento y el tratamiento debe continuarse durante varias semanas después de la desaparición de las lesiones para evitar recurrencias.

Tratamiento quirúrgico de la fístula perianal en perros

Cuando el tratamiento médico es ineficaz, el veterinario puede considerar recurrir al tratamiento quirúrgico para extirpar los tejidos afectados y, si es necesario, las bolsas anales del perro.

Es común tener varias cirugías con algunos meses de diferencia.

En todos los casos, el perro debe ser controlado y controlado regularmente por un veterinario para controlar la eficacia del tratamiento y evitar recaídas.

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