Hernia perineal en perros: causas, síntomas, diagnóstico y tratamiento

¿Qué es una hernia perineal canina? ¿A qué se debe? ¿Qué síntomas manifiesta? ¿Cómo se diagnostica y trata?

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¿Qué es una hernia perineal?

La hernia perineal corresponde a una debilidad del diafragma perineal o pélvico, un conjunto de músculos y tejidos conectivos que constituyen una pared normalmente capaz de retener los órganos pélvicos y abdominales en la cavidad abdominal.

Si esta pared se derrumba, órganos como el recto, la vejiga, el colon, la próstata y, a veces, incluso el intestino delgado pasan a través de ella y luego se encuentran debajo de la piel del animal, formando una masa debajo de ella.

¿Qué causa una hernia perineal en perros?

En los perros, la hernia perineal se debe a la atrofia parcial o total de los músculos que forman el diafragma pélvico junto con el debilitamiento del diafragma pélvico.

Las causas de esta afección siguen siendo desconocidas hasta el día de hoy, aunque se han planteado varias hipótesis entre las que se encuentran:

  • receptores de hormonas sexuales masculinas deficientes en los músculos del diafragma perineal en algunos perros,
  • degeneración primaria de estos músculos,
  • aumento de los esfuerzos expulsivos durante la defecación o la micción relacionado con enfermedad de la próstata, enfermedad de la glándula anal, cistitis recurrente u obstrucción del tracto urinario,
  • atrofia del músculo elevador de la cola, ligada a una cola naturalmente corta en perros o corte de cola,
  • una interrupción de la inervación muscular del diafragma pélvico,
  • una disminución del tono muscular relacionada con la avanzada edad del perro.

Los machos no castrados y de edad avanzada se ven más afectados por la hernia perineal, al igual que ciertas razas de perros como el Boxer, el Collie, el Boston Terrier, el Caniche, el Bichón M altés, el Bichón Frisé o incluso el Teckel.

Hernia perineal en perros: síntomas

Una hernia perineal suele manifestarse por la aparición de una masa en el perineo, situada en la mayoría de los casos en el lado derecho cerca del ano.

Su presencia puede ir acompañada de estreñimiento, tenesmo (ganas constantes de defecar con tensión dolorosa en el ano), disminución del apetito y dificultad para defecar y/u orinar.

Aparte de estos síntomas, una hernia perineal no tiene un impacto significativo en el estado general del perro a menos que:

  • la vejiga se engancha en la hernia, lo que hace que la masa perineal sea muy dolorosa para el perro y constituye una urgencia quirúrgica,
  • un asa intestinal está involucrada en la hernia, lo que provoca vómitos y una importante depresión del animal.

Diagnóstico de hernia perineal en perros

El diagnóstico de hernia perineal se basa en:

  • un examen clínico del perro por parte del veterinario en busca de hinchazón en la región perineal del perro,
  • un examen rectal digital por parte del veterinario, que le permite evaluar el tono del diafragma pélvico y res altar la presencia de lesiones en los órganos involucrados en la hernia,
  • exámenes de imagen (radiografía y/o ultrasonido) para caracterizar el contenido del saco herniario (identificar con precisión los órganos involucrados en la hernia),
  • análisis de sangre previo al tratamiento quirúrgico.

¿Qué tratamiento para la hernia perineal en perros?

El tratamiento de la hernia perineal es esencialmente quirúrgico.

La cirugía generalmente se realiza en dos etapas:

  • el primer paso es identificar los órganos involucrados en la hernia para volver a colocarlos en su lugar anatómico,
  • la segunda etapa consiste en una reconstrucción del diafragma pélvico del perro.

Si el procedimiento se realiza en un macho entero, el cirujano "aprovechará" el procedimiento para castrar al animal. Esta precaución tiene por objeto reducir el tamaño de la próstata del perro que, cuando es demasiado grande, provoca un esfuerzo excesivo durante la defecación, lo que debilita el diafragma pélvico.

El tratamiento quirúrgico es exitoso en el 70 al 80% de los casos, incluso si a veces pueden ocurrir complicaciones o recurrencias.Las complicaciones pueden tomar la forma de infección del sitio quirúrgico o la aparición de incontinencia urinaria y/o fecal transitoria en la mayoría de los casos.

Después de la operación, el perro deberá llevar un collar y su dueño deberá cuidar de mantener muy limpia la zona operada y que el perro evite hacer demasiado esfuerzo durante la defecación. Para ello, el veterinario podrá administrar al perro laxantes durante su periodo de recuperación postoperatoria.

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