Dieta para perros epilépticos

¿Cuáles son las necesidades nutricionales específicas de un perro epiléptico? ¿Qué alimentos elegir para alimentar a un perro que sufre de epilepsia?

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Regula el apetito de tu perro epiléptico

Es muy común que los perros con epilepsia tengan un aumento del apetito. Es un efecto secundario común de los tratamientos antiepilépticos. Por lo tanto, el riesgo es que el animal coma más y aumente de peso. Por lo tanto, su dieta debe permitir saciarlo bien para que no sufra demasiado de hambre y limitar su ingesta de energía para controlar su peso.

Para alimentar a un perro epiléptico, son posibles dos soluciones. Se puede dar:

  • croquetas de muy buena calidad ricas en proteína y fibra y con un moderado contenido en grasas, como croquetas "light" destinadas a animales con sobrepeso o croquetas especialmente formuladas para perros epilépticos.Si estas croquetas no satisfacen lo suficiente al perro, es posible aumentar el volumen de su ración añadiendo verduras cocidas como judías verdes o calabacines ricos en fibras saciantes.
  • una dieta casera "clásica" o sin almidón (ver "Dieta cetogénica" ). La comida casera tiene el mérito de ser más saciante que las croquetas porque, a igualdad de calorías, es más rica en agua que las croquetas y por tanto ocupa mayor volumen en el estómago que las croquetas. Sin embargo, para cocinar bien a tu perro epiléptico, son necesarias dos precauciones:
      Recuerda siempre hacer evaluar la ración por un veterinario y acompañarla con un complemento mineral-vitamínico esencial para el equilibrio nutricional de tu perro. Entre otros elementos, este complemento le aportará la vitamina B1 necesaria para el buen funcionamiento de su cerebro.
    1. No salar los alimentos que forman parte del menú de tu perro.De hecho, una dieta demasiado salada puede promover una eliminación más rápida de los fármacos antiepilépticos y provocar la reaparición de convulsiones bajo el efecto de una disminución de la concentración sanguínea de moléculas antiepilépticas.

Saciedad: el impulso fitogénico

Existen plantas que regulan el apetito y que naturalmente pueden cortar el hambre de su perro epiléptico. Pueden utilizarse en sinergia con otras plantas destinadas a limitar la administración de fármacos antiepilépticos convencionales y/o a apoyar el buen funcionamiento del hígado, a menudo muy estresado por la pesadez de los tratamientos antiepilépticos. Siempre busque el consejo de un veterinario especializado antes de administrar plantas a su animal epiléptico, para evitar cualquier interacción con su medicación.

Para reducir la sensación de hambre de tu perro, considera también dividir su ración diaria en 2 o 3 comidas al día.

Una dieta cetogénica

La dieta cetogénica se ha utilizado con fines terapéuticos durante más de 90 años en humanos epilépticos resistentes al tratamiento. Aunque no existe ningún estudio científico sobre este tema, también podría ser de interés en perros.

Su principio se basa en la reducción de hidratos de carbono (azúcares presentes en los almidones) a favor del aumento relativo de lípidos (grasas) y proteínas en la dieta del perro. Al hacerlo, su cuerpo producirá cuerpos cetónicos que servirán como combustible para las células cerebrales, en lugar de glucosa. Por lo general, la glucosa, que resulta de la digestión y asimilación de los carbohidratos, es utilizada por las células cerebrales como fuente de energía. Pero, en los perros con epilepsia, las células cerebrales no utilizan la glucosa de forma adecuada, por lo que es mejor que reciban cuerpos cetónicos para estar mejor nutridos.

En los perros, los lípidos preferidos que han demostrado reducir la frecuencia de las crisis epilépticas son los triglicéridos de cadena media (MCT). Se encuentran en particular en el aceite de coco o en forma purificada en las croquetas para perros epilépticos.

Las croquetas, incluidas las croquetas especialmente formuladas para perros epilépticos, contienen fuentes de carbohidratos sin excepción.

Para controlar al máximo la ingesta de hidratos de carbono de tu perro, obviamente lo mejor es optar por una ración casera sin almidón (y por tanto baja en hidratos de carbono), con un contenido moderado en grasas pero con un aporte de aceite de coco rico en MCT con propiedades anticonvulsivas. Sin embargo, tenga cuidado de no darle demasiado aceite de coco a su perro porque, distribuido en cantidades demasiado grandes, puede causar diarrea y dolor abdominal. Pida consejo a su veterinario sobre cómo ajustar las cantidades de aceite de coco al peso de su perro.

¿Y omega 3 en todo esto?

Por supuesto, la ración del animal epiléptico también debe aportarle una cantidad suficiente de ácidos grasos de cadena larga de la familia omega-3 como el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (doco-hexaenoico). Aunque estos ácidos grasos no han demostrado efectos anticonvulsivos, son grasas especialmente beneficiosas para el cerebro e imprescindibles para el equilibrio nutricional del perro. Es posible dárselo a tu perro en forma de cápsulas de aceite de pescado o aportándole pescado graso como sardinas, caballas o arenques. Algunos alimentos industriales de buena calidad ya contienen suficiente.

Dieta estable, peso estable

El enemigo número 1 de los perros epilépticos es el cambio, ¡incluso en su dieta! De hecho, cualquier cambio en la dieta del perro, así como en su peso, puede tener un impacto en la forma en que su cuerpo metaboliza sus medicamentos epilépticos y, por lo tanto, en su eficacia.

Más que cualquier otro perro, el animal epiléptico necesita por tanto una dieta estable, tanto en su composición como en su frecuencia de distribución. Siempre tenga la precaución de hacer validar cualquier cambio en la dieta por un veterinario y acompañarlo con una transición dietética muy gradual.

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