Los restos de un perro de 8.400 años descubiertos en Suecia

Un perro exhumado de una tumba

Este es un descubrimiento excepcional y tanto más sorprendente cuanto que los huesos de este perro descansaban en una tumba junto a la de un ser humano. Por el momento, desconocemos el lugar reservado al difunto en esta localidad, quién fue porque los peritos aún no han tenido tiempo de realizar análisis en profundidad de sus huesos. También señalaron que en esa época los hombres generalmente se rodeaban de objetos de valor o preciosos a sus ojos para acceder al más allá.

Ola Magnell, Osteóloga: “Este es uno de los hallazgos funerarios de perros más antiguos del país.El hecho de que haya sido enterrado en medio de un pueblo de la Edad de Piedra es único”. Por lo tanto, los arqueólogos continuarán su investigación e intentarán reconstruir el esqueleto del perro para obtener más información. Esto no debería suponer ningún problema: los huesos se encuentran en buen estado de conservación gracias a las capas de barro y arena arrastradas durante una subida repentina del agua, ocurrida hace 8.400 años, y que protegieron estos fragmentos durante milenios.

¿Cuál era la relación entre el hombre y el perro?

Los primeros elementos, actualizados durante esta exhumación, sugieren que el perro ya tenía su lugar entre el hombre, que probablemente vivía con él y quizás ya estaba domesticado. Es difícil especificar la exactitud de sus enlaces y la fecha precisa de domesticación, sin embargo, los científicos estiman que hace aproximadamente 15 000 años durante la era del Paleolítico Superior.

Es cierto que la relación entre el hombre y el perro, incluso su apego mutuo, se remonta a milenios. Con el tiempo, tuvieron que conocerse, acercarse y el perro se convirtió en el compañero del hombre.

Otros estudios, otros descubrimientos

Un estudio realizado en Cataluña, sobre huesos de perros muy jóvenes (de 1 mes a 6 años) exhumados en tumbas de 6.000 años, demostró que su dieta era casi similar a la de los humanos. Deducir: “una convivencia entre animales y habitantes en esta región hace 6.000 años”.

En 2019, otro estudio de "cráneo canino" de 4.500 años de antigüedad desenterrado de una tumba en el archipiélago escocés de Orkney fue objeto de un entierro ritual que deja suponer que "los animales eran de especial importancia para los granjeros que vivía allí. Un perro enterrado muestra de alguna manera cuán similares hemos permanecido: la misma sensación de dolor y pérdida”, comentó Carl Persson, uno de los gerentes de obra.