¿Cómo reconocer la congelación o congelamiento en perros?
Cuando un perro sufre congelación, su piel se vuelve muy pálida y adquiere un tinte blanco-azulado debido a una fuerte disminución o incluso a una interrupción de la circulación sanguínea. La zona afectada puede quedar totalmente entumecida y entumecida por la acción del frío.
A medida que la zona se calienta y la circulación sanguínea se recupera, la piel se enrojece y se hincha. El perro entonces siente picazón y hormigueo.
Si los vasos sanguíneos han sido dañados irreparablemente por el frío, los tejidos afectados pueden volverse negros, un signo de necrosis, es decir, destrucción del tejido. Entonces ya no hablamos de congelación sino de congelación.
¿Qué cuidados se deben dar al perro en caso de congelación?
Si su perro es víctima de congelación al regresar de una salida fría, es importante actuar muy rápido siguiendo los siguientes pasos:
- Calienta una toalla o manta sobre un radiador o con un secador de pelo manual. No caliente al perro directamente con el secador de pelo u otra fuente de calor.
- Aplica el tejido tibio en las zonas afectadas. No apriete la toalla o la manta alrededor de las áreas afectadas por la congelación ni ejerza fricción, ya que esto puede agravar el daño.
- A medida que su mascota se calienta, su circulación sanguínea se recuperará y la piel de su mascota volverá a su color normal. Recuerda secar bien el pelaje de tu mascota.
Si las áreas expuestas al frío permanecen pálidas o se oscurecen, consulte a su veterinario de inmediato. Debemos actuar con rapidez para evitar la congelación y evitar la destrucción irreparable de los tejidos afectados.
Pero, en cualquier caso, siempre se recomienda consultar a un veterinario para asegurarse de que no haya otros daños y que no sea necesario ningún otro tratamiento.
¿Cómo prevenir la congelación en perros?
Los sabañones en perros se pueden prevenir evitando la exposición prolongada a bajas temperaturas. Durante el frío extremo, reduzca la duración de los paseos diarios de su mascota. Esto es especialmente importante si su perro tiene diabetes, enfermedad cardíaca u otras afecciones que afectan la circulación sanguínea y aumentan el riesgo de congelación en los perros. Los perros con estas afecciones crónicas no deben exponerse a temperaturas frías durante períodos prolongados.
Recuerde también secar cuidadosamente las patas y las almohadillas de su perro cada vez que regrese de un paseo cuando el clima sea frío y húmedo.Si su perro reporta pequeños montones de nieve en su pelaje, elimínelos remojando las patas de su perro en agua tibia que no debe exceder los 32°C y luego séquelas cuidadosamente. Inspeccione minuciosamente todo el cuerpo del perro en busca de áreas irritadas y muy frías.
También puedes proteger a tu perro del frío equipándolo con un abrigo y botas especiales. Si su perro no los soporta, proteja sus almohadillas de las mordidas del frío aplicando regularmente una solución bronceadora.